Parece difícil encontrar puntos en común entre dos disciplinas tan aparentemente dispares como la arquitectura y la ciencia pero la cuestión es que existen y son lo suficientemente numerosos como para haber dado pie a una nueva disciplina conocida como neuro-arquitectura.
¿Qué es la neuroarquitectura?
La investigación de una amplia gama de disciplinas, incluida la arquitectura, el diseño, la psicología, la neurociencia y la ciencia ambiental, está contribuyendo a un creciente cuerpo de evidencia que muestra que el entorno construido que habitamos afecta de forma significativa a nuestro bienestar.
Según explican los expertos, pasamos mucho tiempo dentro y alrededor de entornos artificiales construidos por la mano del hombre. Estos ambientes influyen en nuestro estado de ánimo, nuestro estado mental y nuestra sensación de bienestar. El vínculo entre nuestra experiencia personal y el entorno construido está en la raíz de la conexión entre la neurociencia y la arquitectura: la neuroarquitectura.
¿Cómo se aplica la neuroarquitectura?
Hoy, gracias a los estudios psicológicos, tenemos una idea mucho más aproximada del tipo de entornos urbanos que a las personas les gustan o resultan estimulantes. Algunos de estos estudios han intentado medir las respuestas fisiológicas de los sujetos in situ, usando dispositivos portátiles como pulseras que monitorean la conductancia de la piel (un marcador fisiológico), apps móviles que preguntan a los sujetos sobre su estado emocional, y auriculares con electroencefalograma (EEG) para medir la actividad.
Si bien los estudios muestran que la vida urbana del siglo XXI puede conducir a una serie de problemas de salud mental, también hay evidencia de que estos efectos negativos pueden mitigarse mediante el diseño urbano que no solo revitaliza los espacios públicos y restaura el espíritu comunitario, sino que también brinda acceso a naturaleza en forma de espacios verdes.
Los entornos naturales son relajantes. Un paseo por la naturaleza puede disminuir la ansiedad y los sentimientos negativos en comparación con un paseo por entornos urbanos.
La hipótesis de que la naturaleza es relajante influye en el diseño de muchos edificios contemporáneos que traen la naturaleza al interior con la inclusión de plantas y jardines interiores. Esos elementos también pueden tener un impacto directo en la recuperación de los pacientes en el hospital.
En un estudio se descubrió que los pacientes quirúrgicos se recuperaban más rápidamente cuando podían ver árboles en las habitaciones de sus hospitales que cuando solo podían ver una pared de ladrillos.
¿Habías oído hablar de neuroarquitectura? ¿Qué opinas de este nuevo campo de estudio? Los comentarios están abiertos…